El propósito de este blog es generar un espacio de reflexión acerca del trabajo educativo mediante el uso de imágenes mediáticas, atendiendo al impacto que estas tienen en la construcción social de la experiencia; y desarrollar herramientas de análisis para el trabajo crítico con las mismas. Una tarea que se vuelve urgente si asumimos el hecho de que muchos de los conocimientos previos con los que cuenta el estudiante se originan en el paisaje mediático.

13.9.10

La Televisión: mitos y realidades

 ¿Qué podemos decir de la televisión? Algunos autores como Jesús Martín-Barbero, han desarrollado innumerables estudios y análisis de este medio desde una mirada crítica. Para este teórico la televisión es un medio que desarrolla "al máximo la tendencia a la absorción de las diferencias. Y hablo de absorción porque esa es su forma de negarlas: exhibiéndolas desamordazadas de todo aquello que las carga de conflictividad". De este modo, lo que él denomina el modelo hegemónico de la televisión está reforzado por su recpeción en la cotidianidad, llevando adelante entonces una operación paradójica: de familiarización o acercamiento: explotando los parecidos superficiales para convencernos; de exotización o alejamiento: que convierte al otro en lo radical y extraño.

“Por ambos caminos lo que se impide es que lo diferente nos rete, nos cuestione minando el mito mismo del desarrollo; el de que existe un único modelo de sociedad compatible con el progreso y por tanto con futuro”.  
"La homogeneización del consumidor requiere denominar y categorizar al receptor, produciendo una suerte de clasificación que transforma las identidades sociales previas y las hace funcionales a un determinado esquema de sociedad”. 


Otras posturas

Nam June Paik, Videoarte, McLuhan Caged, (In Electronic Art II), 1968
Frente a la idea generalizada de que la televisión nos atonta, el teórico canadiense y discípulo de Marshall McLuhan, Derrick De Kerckhove sostiene que la televisión activa nuestra Rspuesta Orientativa y nuestra Respuesta Defensiva. Como advirtió McLuhan, explica el autor, “la principal acción de la televisión no sucede en el contenido sino en el mismo medio”. Los cambios y cortes producen continuas respuestas orientativas: llaman la atención sin satisfacerla necesariamente. Esto quiere decir que activa aquello que se pone alerta cuando nuestro sistema nervioso nota cambios en el medio ambiente, nuestro organismo se pone alerta hasta que se re acomoda a la nueva situación una vez reconocida. Y aquí es donde surge una de las principales críticas a la forma generalizada en que se utiliza este medio, ya que De Kerckhove llega a la conclusión de que la televisión actualmente regida por los tiempos del mercado no da tiempo a que acomodemos los estímulos para reconocerlos. Se nos niega el tiempo suficiente para integrar la información sobre una base plenamente consciente.

Tal como afirmaba McLuhan, el medio es el masaje: atribuye dimensión táctil a la televisión. La televisión prefiere la repetición al análisis y el mito a la realidad. Estampa sus íconos en nuestras mentes y en los muros de las ciudades. La homogeneización se extiende a pasos agigantados vía televisión, ya nadie quiere quedar fuera. Los sonidos, colores y formas de la televisión son la expresión sensorial de nuestra sensibilidad colectiva. Pero la regimentación de nuestra sensibilidad por parte de la televisión adquiere otras formas también, como risas enlatadas y aplausos o, de forma más sutil, las votaciones electorales. La mayoría de lo que aparece en los boletines de noticias y de documentación, es pre-digerido y presentado en formatos estereotipados de forma anticipada en titulares, “como fast-food”. 

Para De Kerckhove, al dirigirse a nuestro sistema nervioso, el efecto que produce sobre el espectador la televisión es un efecto similar al que sentimos cuando alguien nos toca. Por ello nos llama tanto la atención; por ello nos quedamos como hipnotizados frente a su pantalla. Exploración vs mirada: El hecho de que la televisión nos hable a nuestro cuerpo, dice mucho acerca de su dominio por encima de nuestras facultades críticas. La televisión nos mira. El hecho de que la mayoría de nuestras respuestas frente a este medio sean involuntarias da testimonio del cambio en la relación entre consumidor y productor. Cuando leemos un libro estamos en control, pero cuando miramos la televisión es ella quien nos lee a nosotros. Cuando en lugar de explorar, estudiar la superficie visual, sólo miramos, y cuando se hace contacto visual entre el hombre y la máquina, la mirada de la máquina es la más poderosa, frente a la televisión nuestras defensas están más bajas, somos vulnerables y susceptibles a la seducción multi-sensorial. 

Por otro lado, puede comprenderse a la televisión como un reto a nuestra anteriormente dominante mentalidad alfabetizada. Es una amenaza para la autonomía sacrosanta de la lectura y la escritura.




Nam June Paik, Instalación, Düsseldorf Matrix, 1995

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